Desde que la primera bodega se abrió como restaurante, allá por los años 60, lo más característico del Perdigón ha sido el chorizo y la costilla a la parrilla, que pronto se incluyeron en hermosas parrilladas que se maridaban con vinos de la tierra. El Pámpano también ofrece esta propuesta gastronómica, sin embargo procura diferenciarse del resto mediante la elaboración de nuevos platos, que mantienen la esencia de lo autóctono pero arriesgando en sus presentaciones y combinaciones.

Fruto de este deseo de innovación, son las diferentes preparaciones con bacalao desalado: en ensalada (con vinagreta de frutos secos y crujiente de jamón), con alubias, a nuestra manera… Otros consolidados aciertos son los langostinos y el exquisito pulpo a la brasa, regado con un delicioso aceite de oliva. La aventura gastronómica se remata con un extraordinario pan rústico elaborado en horno de leña, de esos que es dificilisimo encontrar hoy en día en nuestras panaderías, pero que allí en el Perdigón aún existe.